Componer, escribir canciones, poner el corazón en cada una de ellas; compartir la vida, a través de melodías.
Cada canción tiene un lugar de origen en el alma de quien la creó y un destino final, en el corazón de cada persona que la escucha. No todas las canciones que se escriben llegan a ser parte de un álbum. Hay canciones muy lindas, originales, divertidas y poéticas que Natalia escribió y que no han formado parte de ninguno de sus álbumes.
Por ejemplo, “Magia Segura”, una canción llena de optimismo y cuya letra incluye versos muy bellos como este:
"Quisiera ser un árbol gigante,
la piedra que escucha su hablar,
un ave que va de un pueblo a otro
cantando la misma canción
para hablar en tus oídos, mensajes desde mi interior
interesantes, sino no te acercas, sino no te acercas"
"Quisiera ser un árbol gigante,
la piedra que escucha su hablar,
un ave que va de un pueblo a otro
cantando la misma canción
para hablar en tus oídos, mensajes desde mi interior
interesantes, sino no te acercas, sino no te acercas"
“Sin Amor”, escrita en un tono menor, dramática y triste, una verdadera tonada romántica, de desamor.
"Cómo olas voy...
Voy siguiendo el sol
Y al atardecer, nubes otra vez"
"Cómo olas voy...
Voy siguiendo el sol
Y al atardecer, nubes otra vez"
Y aquella hermosa melodía, “Lluvia que cae” que muchos descubrimos a través del documental “14 Dias en Japón”; con su repetitiva frase “una vez más”, acompañada de vocalizaciones y que nos lleva a sentir la lluvia muy de cerca, como si nos estuviera acariciando el rostro.
En fin, tantas canciones, cada una guardando un mensaje bello, profundo o simplemente divertido, para cada uno de nosotros, esperando el momento preciso para llegar y hacer nido en nuestro corazón, volverse parte de esta magia de vivir y compartir canciones.
Texto: Omar Granados
Texto: Omar Granados
