¡Cuántos de nosotros reímos al recordar cómo nos
veíamos hace quince años! Cualquiera que haya sido nuestra edad, es casi evidente
que nos veíamos totalmente diferentes a como nos vemos ahora. Incluso muchos de
nosotros, que pasábamos por la adolescencia, recordamos nuestra forma de vestir
en aquellos años y nos sorprende cómo podíamos salir a la calle vestidos así. Sin embargo, existen muchísimas personas que toda su
vida han logrado un estilo único, que seguramente han cambiado a través de los
años, pero sin perder la originalidad que los ha caracterizado desde
adolescentes.
Tener este sello característico y no pasar
desapercibido van de la mano con la moda, pero no precisamente significa seguir
los estándares y reglas de ella, sino más bien retomar algunos elementos y adaptarlos a nuestra personalidad. Sólo así puedes convertirte en un ícono
de tu generación.
En el año de 2002, una cantante muy joven comenzó a
aparecer por todos lados, programas de televisión, comerciales, telenovelas,
radio, revistas, y no sólo comenzó a tener popularidad por su peculiar voz y
estilo musical, sino por su atípica forma de vestir. Natalia Lafourcade no
dejaría de tener la atención de aquella generación y aquel look fuera de lo común se volvería todo un
fenómeno.
Un chongo de cada lado de la cabeza, collar de
caracoles pegado al cuello, playeras encimadas, falda larga o corta con unos jeans debajo y un par de tenis o sandalias era lo que veíamos en sus presentaciones,
sin olvidar aquella forma de bailar, un atuendo que nos mostraba a una chica
dulce y rebelde, divertida, cómoda, libre y bastante original. Aquello se
volvió el boom en las adolescentes y jóvenes de aquellos años.
Pero no se detuvo en ese instante, con el pasar de
los años, Natalia ha tenido una transformación bastante notable que ha sido
admirada por sus seguidores e incluso adoptada por muchas de sus fans.
Para sus siguiente dos álbumes, la cantante fue
desapegándose de aquellos chongos que la acompañaban a todas partes, ahora nos
comenzaba a mostrar vestidos sin dejar los jeans de mezclilla por debajo de
éste, tenis y el cabello despeinado, dejando ver de nuevo aquella dualidad de
su personalidad dulce, femenina pero rebelde.
Para 2008 Natalia se había olvidado de aquel collar
de caracoles y los chongos con los que era conocida en México y otros países,
para mostrar otros rasgos de su personalidad; el cabello aunque no tan desordenado
como antes, nos mostraba naturalidad, su ropa seguía siendo casual sólo que en
esta ocasión nos revelaba inocencia, frescura, feminidad en conjunto con la
comodidad y el desenfado por verse impecable.
En 2012, a la salida de “Mujer divina” Natalia
mostraba un look totalmente relajado, incluso comenzaba a hacer uso de
tendencias como lo vintage y lo retro, claro que adecuándolo a su personalidad:
inocencia, feminidad y naturalidad, acompañadas
siempre de originalidad, muy al estilo Lafurcade.
La cantante había pasado por muchas etapas, álbumes y
experiencias que podían verse reflejadas en su música, su voz y su indumentaria
que la hacen ser quien es. A finales de 2014 y cerca del lanzamiento de “Hasta
la Raíz”, nos muestra el último y más sorprendente cambio de look, cabello
corto y vestidos elegantes que incluso nos dejan ver a una mujer fuerte,
sensual y madura sin perder lo divertida y relajada.
Aquella joven que nos había mostrado diferentes
facetas de su personalidad proyectada en su vestimenta, ahora nos muestra que
el look se transforma junto con el crecimiento interno y externo sin perder
originalidad, estilo y claro, ese sello único que la ha convertido en icono de
moda de mas de una generación.
Por Adriana García
Por Adriana García